Hace ya unos días vi en la televisión más imágenes de los afectados por el terremoto en Lorca, fue durante las noticias. En las imágenes se veía y se informaba de que mucha gente del mismo Lorca y de otros pueblos cercanos iban a ayudar a las personas que se han quedado sin hogar, bien en las entregas de comida, coordinando la entrega, bien llevando ellos mismos comida o arreglando muros y casas sin cobrar nada por ello. Hasta aquí todo bien. Luego apareció una señora diciendo con mucha indignación (con razón) que también hay gente que se aprovecha del mal ajeno y quiere hacer caja, ya que los pisos que antes del terremoto se alquilaban y que no han sufrido daño alguno ahora son más caros, mucho más caros. Y uno piensa; el ser humano es capaz de lo más mezquino y de la mayor bondad. No pensaron, “mira, hemos tenido suerte de seguir con vida, de que nuestra casa siga en pie, entera, y que nuestra otra vivienda también esté entera y así podremos ayudar a nuestros vecinos.” “No, de eso nada, nos aprovechamos de que a nosotros no nos ha tocado, que se fastidien ellos.” Y no saben que ellos son nosotros. Pobres ignorantes. Muchos somos ignorantes, pero algunos queremos no serlo.
Lo fácil es insultar y desearle cosas malas a esos propietarios que están subiendo el coste del alquiler de las viviendas, pero en mi opinión, lo que deberíamos hacer es desearles que algún día un brillo de luz aparezca dentro de sus miserables mentes y que les despierte el deseo de ayudar, de construir un buen ambiente para sus semejantes y de crear sensaciones positivas que impregnen su vida.
Desde aquí un enorme deseo de prosperidad a todas aquellas personas que se han visto damnificadas por desgracias naturales.
Sat Nam
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