Tus olimpiadas

Cada 4 años los mejores deportistas del mundo se reúnen en un mismo sitio para celebrar la mayor fiesta del deporte porque casi todas las modalidades deportivas están representadas en estos juegos olímpicos, y eso es genial (sobretodo porque podemos ver deportes minoritarios, y no sólo fútbol). Lo que no me gusta el protagonismo de las banderitas, dichosas banderitas que dicen que yo soy de este sitio y tú de éste, como si fueran lugares definidamente distintos. 

Las banderas hacen que las personas se separen y no se unan, por primera vez en los juegos olímpicos han competido participantes olímpicos independientes, sin bandera de por medio, me parece algo estupendo. No hay que fijarse en qué país gana más medallas y cuál menos, si éste o aquel país ha conseguido más medallas que en la anterior edición de los juegos o en la de ahora. Lo que importa es que las personas que participan hacen cosas increíbles, realmente increíbles; hay quien puede correr a 10 metros en menos de un segundo durante 100 metros, hay quien nada 50 metros en 21 segundos, la belleza plástica de lo que hacen las y los de gimnasia artística es increíble… y así con cada deporte. 

El deporte lo practican las personas. Y las personas somos capaces de hacer cosas maravillosas, estemos en los juegos olímpicos o no. Si te fijas bien a tu alrededor hay muchas personas con dones y capacidades maravillosas, sólo que no se televisa, es la única diferencia. Hay quien es el mejor en su trabajo, hay quien es el mejor despertando tu ánimo y hacerte feliz, sea tu pareja o no, hay quien es el mejor dándote conversación y haciéndote pasar un buen rato, hay quien es el mejor como padre, hay quien es el mejor cocinando en casa para su familia y amigos y disfruta con ello, hay quien es el mejor cultivando su propio huerto, hay quien es el mejor en… muchísimas cosas más. Pues dale tu medalla, dale un abrazo y hazle sentir que debe seguir con esa dedicación y entrega, y que para ti ella o él se merecen cada día esa medalla de oro, playa, bronce o lo que sea. 


Desde aquí gracias a esas personas con las que me he cruzado y que para mí son medallistas cada día de su existencia. Y también desde aquí mis mejores deseos para aquel que no ha encontrado todavía ese don, esa especialidad por descubrir, sigue entrenando, todos tenemos una, sólo hay que indagar, nos está esperando a que la despertemos.

SAT NAM.