Hemos empezado el nuevo curso con unas ganas tremendas,
aparte del buque insignia, las grandes María José, Carmen, Virginia y Laura,
este año tenemos seres nuevos en el grupo, gente con unas ganas de descubrirse
y despertar que hacen que un servidor aprenda cada vez más de ellas y de la
basta sabiduría del Kundalini Yoga.
Cada persona te aporta algo nuevo, un detalle que te hace
aprender, te hace dar cuenta de que cada vez hay más personas que no se
conforman con este mundo material, este mundo de los sentidos, el mundo Maya,
que por desgracia nos está desmoralizando y acortando nuestra perspectiva de
que un futuro mejor es posible. Es por eso que cuando descubren lo que les
puede aportar un camino espiritual y de autonocimiento no dejan de practicar,
de descubrir. Por eso todos los que hacemos y enseñamos Kundalini Yoga no nos
cansamos de apreciar los efectos que produce esta técnica en todas las personas
que lo practican, en todas. La tendencia es siempre la misma, y muy simple,
buscan su felicidad, no LA felicidad, sino SU felicidad, y buscarla ya es el
camino para encontrarla, pero yo creo que el objetivo no es lo más importante,
sino el camino. El camino nunca debe cerrarse porque vamos a poder descubrir
que podemos ser completamente sanos y no conformarnos con tener dolores aquí y
allá porque siempre los hemos tenido. No podemos conformarnos con llevar la
vida que llevamos porque siempre ha sido así, todo puede mejorar. Ésta es la
técnica que te permite pasar de tu estado actual a un estado deseado, es así de
simple, puedes conseguirlo, estoy seguro.
Me gustaría que todos aquellos que practiquen Kundalini Yoga
y vean este artículo escriban aquí sus experiencias, cómo han cambiado desde
que lo practican.
Gracias por vuestro tiempo, y que el eterno sol os ilumine.
Sat Nam.